Una imagen vale más que mil palabras, y dos imágenes...

Continúo con la revisión del material gráfico que tengo. Reconozco que no he sido muy organizado con las fotos y vídeos. Ni constante. Al principio, durante los primeros años, no hice una sola foto de nuestras clases ni de los cursos a los que asistimos. Pero lo he organizado todo en carpetas, por año.

La verdad es que empecé a grabar vídeos con un objetivo didáctico: que mis alumnos pudieran revisar lo que habíamos estado practicando en clase. Más adelante, la idea era tener presencia en las redes sociales, pero nunca he sido muy constante; lo digo de nuevo. No hay mejor muestra que un botón grande y lustroso, llamativo: el mes pasado estuve al cargo de un curso técnico federativo en San Sebastián, y se me olvidó por completo hacer la foto final de grupo. Tampoco hubo quien lo sugiriera. Sospechoso, ¿no? Aunque no entiendo por qué, no soy tan mal profesor. Aún así, puede ser el único curso de aikido del mundo sin foto de grupo. Un gran logro.

Imagino que en este punto alguien sonreirá con un poco de socarronería o directamente se reirá. No os riais, por favor.

Vuelvo al principio. He seguido revisando las fotos y vídeos, y he recuperado dos fotos muy ilustrativas. Ambas son de la misma técnica, kokyuho sobre jodori (tsuki), ejecutada por dos alumnos (Iñigo Garate y Jairo Esteban). Por supuesto, las fotos son ilustrativas de la evolución de mi práctica. Es algo que experimentarán todos los profesores y profesoras de cualquier disciplina: su práctica mejora, se enriquece, evoluciona.

No estoy seguro de si en otro momento enseñaría estas fotos. Es fácil de imaginar la razón: por no exponerme a la crítica, la mala, ya que por otra parte a nadie le amarga un dulce. Ahora practico la escuela Iwama y sé hacer esa técnica correctamente. Entonces no sabía. Imagino que vi algún vídeo y la copié. Y obviamente, mis alumnos aprendieron a hacerla mal.

Después de tantos años, he aprendido que no debo enseñar nada que no haya aprendido directamente, e intento pulir mi movimiento, mi percepción y mi actitud cada vez que practico, siempre a partir de lo que ya sé. No miro a los lados, no invento nada, ya no; en todo caso, intento vislumbrar qué puede haber delante, en el horizonte. Sí puedes verme así, con los ojos entornados, en un intento casi siempre vano de averiguar qué puede depararnos el futuro.

Ver esas fotos me ha hecho pensar en eso. Éstas son:



 

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